Katholisches Bibelwerk e.V.
Jeremías 5
Voriges Kapitel: Jeremías 4
1 Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas, a ver si halláis algún hombre, si hay quien haga justicia, que busque la verdad, y yo la perdonaré.
2 Pues aunque digan: Vive el SEÑOR, de cierto juran falsamente.
3 Oh, SEÑOR, ¿no buscan tus ojos la verdad? Tú los heriste, mas no les dolió; tú los consumiste, mas ellos rehusaron recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca, rehusaron arrepentirse.
4 Entonces yo dije: Ciertamente estos sólo son gente ignorante, son necios, porque no conocen el camino del SEÑOR ni las ordenanzas de su Dios.
5 Me dirigiré a los grandes y les hablaré, porque ellos sí conocen el camino del SEÑOR y las ordenanzas de su Dios. Pero también todos ellos a una habían quebrado el yugo y roto las coyundas.
6 Por tanto los herirá el león de la selva, el lobo de los desiertos los destruirá; un leopardo acecha sus ciudades, y todo el que salga de ellas será despedazado, porque son muchas sus transgresiones, y numerosas sus apostasías.
7 ¿Por qué he de perdonarte por esto? Tus hijos me han abandonado y han jurado por lo que no es Dios. Cuando los sacié, cometieron adulterio y fueron en tropel a casa de las rameras.
8 Eran caballos cebados y fogosos, cada cual relinchando tras la mujer de su prójimo.
9 ¿No he de castigar a este pueblo?--declara el SEÑOR. De una nación como ésta, ¿no he de vengarme?
10 Subid por entre sus hileras de vides y destruid, mas no hagáis destrucción total; arrancad sus sarmientos, pues no son del SEÑOR;
11 porque la casa de Israel y la casa de Judá han obrado pérfidamente conmigo--declara el SEÑOR.
12 Han mentido acerca del SEÑOR; dijeron: El no existe; ninguna calamidad vendrá sobre nosotros, y no veremos ni espada ni hambre.
13 Los profetas son como el viento, y la palabra no está en ellos. Que así se les haga a ellos.
14 Por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de los ejércitos: Por cuanto han hablado esta palabra, he aquí, pongo mis palabras en tu boca por fuego y a este pueblo por leña, y los consumirá.
15 He aquí, voy a traer de lejos una nación contra vosotros, oh casa de Israel--declara el SEÑOR. Es una nación fuerte, es una nación antigua, una nación cuya lengua no conoces, y no podrás entender lo que hable.
16 Su aljaba es como sepulcro abierto, todos ellos son valientes.
17 Devorará tu mies y tu pan, devorará a tus hijos y a tus hijas, devorará tus ovejas y tus vacas, devorará tus viñas y tus higueras; a espada destruirá tus ciudades fortificadas en que confías.
18 Sin embargo, aun en aquellos días--declara el SEÑOR--no llevaré a cabo una destrucción total de vosotros.
19 Y cuando te pregunten: ¿Por qué el SEÑOR nuestro Dios nos ha hecho todo esto? Les dirás: Así como me dejasteis y servisteis a dioses extraños en vuestra tierra, así serviréis a extranjeros en una tierra que no es vuestra.
20 Anunciad esto en la casa de Jacob y proclamadlo en Judá, diciendo:
21 Oíd ahora esto, pueblo necio e insensible, que tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen.
22 ¿No me teméis?--declara el SEÑOR. ¿No tembláis delante de mí, que puse la arena como frontera del mar, límite perpetuo que no traspasará? Aunque se agiten las olas, no prevalecerán; aunque rujan, no pasarán sobre ella.
23 Pero este pueblo tiene un corazón terco y rebelde; se han desviado y se han ido.
24 Y no dicen en su corazón: ´Temamos ahora al SEÑOR nuestro Dios, que da la lluvia a su tiempo, tanto la lluvia de otoño como la de primavera, y que reserva para nosotros las semanas establecidas de la cosecha.´
25 Vuestras iniquidades han alejado estas cosas, y vuestros pecados os han privado del bien.
26 Porque en mi pueblo se encuentran impíos que vigilan como cazadores al acecho; ponen trampa, atrapan hombres.
27 Como una jaula llena de pájaros, así están sus casas llenas de engaño; por eso se engrandecieron y se enriquecieron.
28 Han engordado y se han puesto lustrosos. También sobrepasan en obras de maldad; no defienden la causa, la causa del huérfano, para que prospere, ni defienden los derechos del pobre.
29 ¿No he de castigar por esto?--declara el SEÑOR. De una nación como ésta ¿no he de vengarme?
30 Algo espantoso y terrible ha sucedido en la tierra:
31 los profetas profetizan falsamente, los sacerdotes gobiernan por su cuenta, y a mi pueblo así le gusta. Pero ¿qué haréis al final de esto?
Nächstes Kapitel: Jeremías 6